El Ayuntamiento de Totana se ha sumado a la declaración de la Actividad física y el Deporte como "actividad esencial" por ser y tener un claro beneficio para la salud de las personas que lo practican, haciendo énfasis en su esencialidad desde el contexto de la pandemia sanitaria del COVID-19.
Además, el Consistorio totanero ha solicitado al Gobierno de España la bajada del IVA del 21% al 10% en los servicios vinculados a la práctica de la actividad deportiva.
El Pleno municipal acordó, por unanimidad y a iniciativa del Grupo Municipal Popular, adoptar las medidas necesarias para garantizar la protección y continuidad de los servicios profesionales prestados en el ámbito de la práctica de la actividad física y deportiva y dirigida al conjunto de la sociedad.
De igual forma, el Ayuntamiento totanero aboga por garantizar a las personas que requieren una especial atención, por la razón de la edad, capacidad física o psíquica, o patologías, por que sigan recibiendo los servicios físicos prestados por personal con cualificación en actividad física y deporte.
La práctica regular de la actividad y ejercicio físico supone un beneficio enorme en todas las dimensiones de nuestra vida diaria, siendo sus efectos sobre la salud y el bienestar físico y mental los más atractivos, incluso con niveles de práctica reducida.
En España son 19 millones las personas que se declaran activas, y 9´5 millones los que declaran que realizan actividad física regularmente; la población usuaria habitual de centros y servicios deportivos se sitúa en torno a 5´5 millones de españoles, y, en deporte federado, en cualquiera de sus manifestaciones, en torno a 4 millones de españoles.
En la actualidad, podemos afirmar que la práctica regular del deporte y el ejercicio física es una de las herramientas más eficientes para construir una sociedad más capaz, feliz y sostenible. La inactividad física es un grave problema de salud pública y durante el confinamiento esta situación se agravó ostensiblemente.
La población adulta española, especialmente la de los jóvenes, disminuyó la actividad física diaria y aumentó el tiempo sedentario. En la población infantil y adolescente disminuyó la actividad física diaria de 154 minutos a 63 minutos, y aumentó de 4,3 horas a 6,1 horas el tiempo pasado delante de una pantalla.
Se atribuye a un impacto negativo directo de la crisis del COVID-19, que se manifiesta en una reducción del 14,1% en la población beneficiaria, ascendiendo este valor 1,4 millones de personas más.